Por: Manuel Ángel Castillo

Hacer del D.F. un gran centro intercultural, sin discriminaciones

 

Unas 200,000 personas se mudan cada año al Distrito Federal y hay que aprovechar su voluntad emprendedora y su creatividad para afirmarnos como una ciudad que atrae y protege al migrante, sostiene Manuel Ángel Castillo, investigador del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales del Colegio de México. Gerardo Sauri, especialista en derechos humanos, señala que la mayor parte de los migrantes extranjeros, así como los indígenas que llegan de otros estados de la República, tienen problemas para encontrar vivienda y, más aún, en un barrio seguro. Muchos de ellos han tenido que mudarse en repetidas ocasiones debido a los tratos discriminatorios y los abusos de los vecinos.

Aunque con la Ley de Interculturalidad, Atención a Migrantes y Movilidad Humana en el D.F. se han dado los primeros pasos para mejorar las condiciones de vida de los migrantes, faltan más acciones. Hay que realizar una gran campaña para hablar de los beneficios de la interculturalidad y copiar modelos de ciudades que la han sabido exaltar y proteger, propone Castillo.

En el mundo

Hace cinco años, el gobierno, distintas asociaciones pro-migrantes y de vecinos y el J.M. Kaplan Fund elaboraron un proyecto en Nueva York para ayudar a las comunidades inmigrantes a integrarse a la vida de la ciudad. En ocho parques, los extranjeros recién llegados podían ofrecer actividades como tai-chi, capoeira o clases de idiomas. Se fomentaba el intercambio y el respeto a estas culturas.

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