Por: Arnoldo Kraus
Legalizar las drogas blandas de manera escalonada para controlar su consumo
La primera nueva vara en materia de libertades, en las que el D.F. es pionero, debería ser el debate serio que resuelva cuál es el camino a la legalización escalonada, asegura Arnoldo Kraus, profesor de Ética Médica en la UNAM. Sostiene que siguiendo el ejemplo de Ámsterdam –donde desde 1976 se defiende el derecho del individuo a regular su conducta y se tolera la venta minorista siempre y cuando no se haga publicidad al respecto, no se vendan drogas duras y no haya alteraciones al orden público–, se podría combatir el tráfico, desarrollar un consumo responsable, dar tratamiento a quienes lo necesiten y limitar la venta de drogas a áreas controladas.
Kraus explica que medidas prohibitivas como la Ley Seca en Estados Unidos, que incrementó el número de muertos, disparó la violencia y engrosó la población carcelaria entre 1920 y 1935, son negativas a nivel político, económico y social. Prueba de ello es que al abolirse se atacaron esos problemas de raíz. En el caso de México, afirma, debería hacerse algo similar respecto al consumo y comercialización de drogas.
Casos como los de Suiza y Portugal, donde se ha despenalizado la posesión de drogas para el uso personal –los consumidores pueden portarlas pero no venderlas– son prueba de que así disminuye el número de usuarios de drogas y aumenta la cantidad de personas que buscan rehabilitación.
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