Por: Alejandro Madrazo

Informar adecuadamente sobre los efectos de las drogas para prevenir adicciones

 

La última Encuesta de Adicciones del Gobierno del D.F. señala que en los últimos tres años el consumo de drogas entre estudiantes aumentó de 15.2% a 17.8% y que el consumo de alcohol afecta a un 25.2% de los adolescentes. No obstante, no existen datos precisos sobre cuáles son las drogas más peligrosas, la cotidianidad con las que se consumen y la franja de edad más afectada, necesarios para plantear campañas con alguna posibilidad de disuadir del consumo. “Es más inteligente un mensaje que distinga entre quienes consumen y quienes han dejado de consumir”, pone de ejemplo Alejandro Madrazo, director del Programa de Derecho a la Salud del cide. “Necesitamos generar un marco normativo que permita distinguir entre distintos tipos de consumo. Cada droga tiene un problema distinto y requiere un tratamiento diferente”.

Las recientes reformas a la Ley de Narcomenudeo permiten que las entidades federativas definan las políticas de prevención, consumo y distribución de drogas legales. De acuerdo con Madrazo, los estados deben aplicar distintas políticas para probar qué es lo que más reduce los riesgos y deriva en un menor consumo: “Cualquier modificación que tienda a la regulación en vez de a la prohibición tiene que ser escalonada”.

Una buena idea

En varias ciudades de Inglaterra se implementó una política para regular las circunstancias en las que se consumía mariguana, hablar sobre los riesgos y postergar el consumo. Con ello, el consumo en jóvenes de educación media y superior cayó del 26 al 17 %.

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