Por: Andrés Bianciotto
Fomentar la cultura emprendedora facilitando la creación de pequeñas y medianas empresas
El último análisis “Doing Business” de la OCDE clasificó a la ciudad de México como uno de los lugares más complicados del país para hacer negocios debido a las dificultades para abrir una nueva empresas, para llevar a cabo el registro de la propiedad, la informalidad en el cumplimiento de contratos y la falta de incentivos para nuevos empresarios.
La excesiva burocracia, los escasos apoyos a la microempresa y una cultura débil de emprendimiento son grandes problemas que enfrenta el sector, pero también lo es la falta de planeación: “El mayor obstáculo es arrancar un negocio, pero igual de importante es la capacidad para mantenerlo. Muchos de nuestros empresarios inician sin tener un buen plan. Venden un producto o servicio por ocurrencia, pero no hacen un estudio previo para ver si el mercado va a consumirlo”, señala Yemi Zonana, directora de la fundación Proempleo, que se dedica a apoyar a emprendedores.
Para Andrés Bianciotto, especialista en empresas innovadoras, se requiere un cambio educativo que inculque en los estudiantes una visión de emprendimiento: las asignaturas deben enseñar modelos de negocios, cómo crear una marca, hacer presentaciones de nivel y hablar con fondos de inversión. Para favorecer estos modelos, se debe ampliar la inversión y los créditos centrados en las compañías nuevas, lo cual ha comenzado a hacerse gracias a los inversores “ángel” que brindan capital semilla a cambio de participación accionaria.
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